Numerosos estudios demuestran que la contaminación provoca la debilitación de nuestra barrera cutánea y esto provoca que podamos notar numerosos efectos como consecuencia de ello en nuestra piel. El estrés, los cambios de temperatura de calefacción y aires acondicionados, el humo que desprenden los vehículos o el tabaco, así como los rayos del sol pueden provocar numerosos efectos negativos en nuestra piel como:
Deshidratación. Como consecuencia de la polución nuestra piel pierde hidratación con mucha más facilidad.
Arrugas prematuras. Nuestras células se oxidan y los signos del envejecimiento aparecen antes.
Falta de luminosidad. Nuestro tono se apaga.
Puntos negros e imperfecciones. Con la contaminación, los poros se ensucian con mayor frecuencia, se obstruyen y ayudan a la aparición de puntos negros y granitos.
Pérdida de elasticidad. La contaminación favorece la flacidez.
Hiperpigmentación. El sol y también la polución provocan manchas en la piel.
No olvides que contar con la opinión de un profesional es esencial. Para ello, puedes consultar a los miembros del equipo de nuestros centros de estética, quienes te aportarán soluciones, consejos y recomendarán aquellos tratamientos que mejor se adapten a tu foto tipo de piel y las necesidades de esta.
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